Andrea Henríquez y Tally Arriagada sufrieron en primera persona el bullying y el abandono en su infancia y adolescencia. Usaron las dificultades a su favor y ahora son íconos de la empatía.
Por trabajo de su padre vivió su infancia en diversos países, entre ellos Ecuador. Allí, a los 11 años, sufrió varios episodios de bullying en su colegio a través de maltrato físico, verbal y ciber-acoso. Al ver que muchas de sus compañeras vivían situaciones similares comenzó una cruzada que derivó en la Fundación Volando en V, una organización que promueve espacios para una convivencia escolar sana y positiva.
Cuando tenía 6 años, luego de una difícil infancia y el abandono de sus padres, ingresó al Sename. En su paso por distintas residencias conoció historias tan desgarradoras como la suya. Estudió, salió adelante y se convirtió en uno de los fundadores de la Red Egresa, una organización que apoya a jóvenes para que puedan lograr su independencia luego de haber pasado por residencias de protección.